El plagio en la industria musical: ¿casualidad?
- Diana Morán
- 17 mar 2022
- 3 Min. de lectura
¿Te ha pasado que escuchas una canción y sientes que ya la has oído antes? En la industria musical esto sucede con más frecuencia de lo que imaginas, y muchas veces se piensa en el plagio, pero, una canción que se parece mucho o que utiliza fragmentos de otra, ¿es siempre plagio?

En derecho, el término plagio es utilizado como sinónimo de secuestro, por lo que coloquialmente se refiere a la apropiación de la obra de una persona para hacerla pasar como suya, según comenta el abogado Luis Alberto Gonsen Gálvez, especialista en Propiedad Intelectual por la UNAM.
En principio no parece haber duda cuando escuchamos una canción que tiene parecido a otra, o que incluso suena exactamente igual, el juicio es casi inevitable: alguien se apropió de la obra de otro para hacerla pasar como suya. Pero esto no tiene por qué ser necesariamente así.
En el mundo de la música, el plagio resulta ser un tema complejo en donde los parámetros son muy subjetivos, así lo plantea Andrés Carlos, compositor, arreglista y productor musical, y la subjetividad se centra principalmente en la melodía al momento de componer una canción.
JotaPe, un productor musical, compositor, cantante, arreglista y también experto en marketing digital, afirma que la melodía es la parte de la canción más importante y que más recuerda el cerebro de una persona, de ahí su importancia al momento de producirla.
Pero, ¿cuándo se considera plagio?, dice JotaPe: “cuando tú utilizas exactamente la misma melodía en otra canción: estás tomando literal la misma melodía, estás poniéndole otra letra y estás de alguna manera robando una canción”. Sin embargo, no olvidemos la subjetividad, pues el tomar una melodía no necesariamente tiene una regla para ser o no plagio, “tú puedes, apelar a hacer muchas cosas diferentes”.
Ese es el punto de discusión acerca del plagio musical: ¿qué se decide hacer con la melodía de una canción? La diferencia entre canciones del mismo género, por ejemplo, que pueden fácilmente compartir melodías (al estar compuestas con la misma estructura) es qué arreglos llevará que la harán sonar distinto.
Como puntualiza el abogado Luis Alberto, en materia de uso de otra obra, puede darse dos tipos de plagio: intencional y accidental. En el primero la persona es sabedora de que existe una obra anterior, “lo más común es que si tú ya conoces que hay un autor previo, pues trates de cumplir y buscar el consentimiento y pagar”, comenta. El artista que está utilizando literalmente otra obra, debe de reconocer al autor original para no secuestrar la obra de alguien más, pues se habla de plagio cuando hubo una intención de cometer este secuestro.
Sin embargo, existe también la posibilidad de que se trate de un plagio accidental, y es en este caso en que se resume la subjetividad del tema. En el mundo de la música, un escenario en donde un artista componga una canción que tenga una similitud a alguna otra, sin que sea esto premeditado, es perfectamente posible.
“Nosotros como humanos somos copias de otros humanos, entonces la música también es una copia de todo lo que ya existe de la música”, comenta Gustavo Castellanos, productor musical desde 2012. “Pero un humano agarra cosas que ya existen y las moldea como a su forma, entonces suceden estas cosas como el plagio, en ese inter de tener la información y tratar de adaptarla a otra cosa”, agrega.
El mundo es una reescritura, recibimos influencias de todas partes, “nacemos con una cultura que nos precede”, comenta Luis Alberto. “No puedes decir que no tienes influencias musicales, es normal, es parte de esto”, agrega JotaPe.
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