El pez mexicano que puede salvar vidas
- Jesús Sosa
- 23 abr 2021
- 2 Min. de lectura

El Tetra Mexicano, Sardinita Mexicana, o como su nombre científico lo indica, Astyanax Mexicanus, es un pequeño pez que se distribuye en cuerpos acuáticos del norte de México y sur de Estados Unidos. Su tamaño llega a alcanzar los ocho centímetros en el caso de los machos, y los doce centímetros en el caso de las hembras.
Algo destacable de este pez es la distribución del mismo, ya que existen dos poblaciones: una que habita en las aguas superficiales de ríos y lagos, y otra que ha evolucionado y habita en las aguas más profundas de las cuevas.
En el caso de la segunda población, existen diferencias morfológicas que van desde la falta de pigmentos en la piel, hasta la degeneración ocular, mismas que lo hacen más apto a ambientes fríos, oscuros y donde el alimento escasea.
En nombre de la ciencia
A pesar de lo mencionado anteriormente, existen características genéticas del Tetra Mexicano que siguen sorprendiendo e impactando a la comunidad científica, pues se estima que su genoma garantiza nuevos descubrimientos en el estudio de la evolución.
Un ejemplo de dicho estudio es el de sus ojos, pues se estima que parte de la población de esta especie fue desplazada a las cuevas desde hace millones de años. Esta situación determinó que estos animales empezaran a suplantar la vista por la mejora de otros sentidos, como el gusto.
Por otro lado, este pequeño pez ha sido el blanco de diversas investigaciones con fines de establecer avances científicos en materia de medicina. Tal fue el caso de un estudio de la Universidad de Oxford, publicado en la revista científica Cell, en 2018.
Dicho estudio, liderado por la doctora Mathilda Mommersteeg, reveló que una de las características principales del Tetra Mexicano, es su capacidad para regenerar tejido cardiaco. Esta capacidad es diferente entre ambas subpblaciones anteriormente mencionadas, ya que los tetra de cueva solo pueden restablecer el tejido de algunas cicatrices, mientras que la población de superficie tiene mayor capacidad de regeneración.
El estudio de la Universidad de Oxford, aprobado por la Fundación Británica del Corazón (BHF, por sus siglas en inglés), propone que a partir de estudios genéticos se puede determinar una cura para las personas que padecen insuficiencia cardiaca.
La web del corazón estipula que la esperanza de vida en personas con insuficiencia cardiaca va entre el 25 y 40%, disminuyendo conforme al avance de la misma, en conjunto con otros factores. Los avances genéticos garantizan que se restablezcan ciertos tejidos dañados, además de que puede ser plausible para la recuperación de personas que ya han padecido alguna falla cardiaca.

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