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El Rey, los pitufos, el ahijado, la cadena, ¡LOTERIA!

Actualizado: 5 mar 2021

El 20 de octubre del 2008 “el Rey” caería gracias a una llamada anónima a la Procuraduría General de la República (PGR) reportó que hombres armados, pertenecientes al Cártel de Sinaloa, habían llegado a la calle Wilfrido Massieu de la colonia San Bartolo Atepehuacan, miembros de la Agencia Federal de Investigación acudieron al recinto.


Policías vs ¿policías?

Los agentes llegaron al lugar y le marcaron el alto a una Polo, sus tripulantes dos hombres con armas de alto calibre se refugiaron en el domicilio 430 donde inició la balacera. El primer round terminó con cuatro arrestados, sin embargo otro grupo de delincuentes intentó escapar del domicilio pero fueron replegados por miembros de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), los balazos continuaron por una hora y media más. Las y los vecinxs reportaron ante el Ministerio Público que el fuego cruzado terminó dejando casquillos por toda la colonia.


Entre los testimonios llamaba la atención que nunca supieron quienes eran “los buenos”, pues los balazos que provenían de la azotea de la casa eran provenientes de miembros de la SSP, fueron identificados por portar el uniforme de la dependencia.


El Rey

¿Quién podía estar en el domicilio para que policías de la SSP fueran protectores y defensores? Los agentes de la AFI creían que era Ismael El Mayo Zambada, sin embargo era Reynaldo Zamba su hermano. El Rey acompañado de su hijo Jesús Zambada y su hijastro Richard Reyes se refugiaron en la azotea mientras duró la balacera, en la desesperación decidió hacer una llamada:

  • ¡Ya voy, padrino, ya llego!.

Los refuerzos no llegaban y Reynaldo Zambada volvió a llamar:

  • ¿Qué pasó, ahijado? Ya nos estamos agarrando a chingadazos nos está agarrando la contra (el termino no se sabe si hablaba de policias que no eran corruptos o que pertenecían a sus rivales).

  • Ya voy, padrino, ya llego, ya llego...

La desesperación de verse rodeado lo llevó a marcar una vez más, pero esta vez no a su contacto sino a la SSP del Distrito Federal:

  • Oiga, ahijado, mandeme a la pitufada (refiriéndose a miembros de la SSP), no sé si son los contra o el gobierno.

La pitufada llegó minutos después, pero al ver que sus rivales serían miembros de su misma dependencia no pudieron ayudar a su jefe. Con un helicóptero sobrevolando y al ver el escenario El Rey hizo su última llamada a su ahijado:

  • Ahí le encargo a mis ahijados, me la voy a rifar, yo no voy a dejar que me agarren, y si no me voy a matar.

Al colgar, tomó su pistola y se la puso en la sien, su hijo logró arrebatarle su arma evitando lo que parecía ser su última acción. Finalmente fueron detenidos.


Víctor Rosas Montes

La detención del hermano del El Mayo Zambada no podía ser algo menor, se tenía que poner en primera plana, si bien no fue un operativo y fue una dudosa llamada anónima, capturar a un líder del Cártel de Sinaloa era un duro golpe. Pero nada de eso pasó, fue registrado ante el MP como Víctor Rosas Montes, bajo la línea que era para defender a los elementos que lo detuvieron e investigar a sus defensores, sin embargo se habló que fue para hacer una “limpieza” de la casa en San Bartolo Atepehuacan, así los nombres involucrados con el Rey no saldrían a la luz y ganaban tiempo para crear una mentira que explicara el ¿por qué había policías defendiendo al narcotraficante?


Las críticas señalaron a Genaro García Luna, en ese entonces jefe de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Gerardo Garay Cadena, jefe de la Policía Federal (PF), y a Édgar Enrique Bayardo, jefe de la Policía Federal Preventiva (PFP), como protectores del Cártel de Sinaloa. Días más tarde narcomantas adjudicadas al Cártel del Golfo recalcaban los incidentes y los acusaban de recibir sobornos por protección. Las fichas de dominó vendrían para abajo.


Cadena de consecuencias

El contacto de Rey Zambada, su ahijado, era Enrique Bayardo. Para evitar la cárcel se volvió testigo protegido de la Procuraduría General de la República (PGR) para declarar todo lo que sabía sobre el Cártel de Sinaloa, además de llegar a un acuerdo con la agencia antidrogas de los Estados Unidos (DEA) para ser su informante, en su declaración habló de su pago de 25 mil dólares mensuales por protección. Sin embargo su “nuevo trabajo” no duraría mucho. El exjefe de la policía fue ejecutado en diciembre del 2009 mientras degustaba un café en el Distrito Federal.

Garay Cadena fue llevado a declarar por los hechos, su suerte estaba echada. El líder de la PF sería consignado y dejaría muy mal parado a sus jefes García Luna y a Facundo Rosas, quienes buscaban en las cámaras de diputados y legisladores aprobar su ley de mando único. La estrategia del secretario de la SSP fue recurrir a Camilo Mouriño, exjefe de la Secretaría de Gobernación, para proteger a su hombre, lo lograron. Garay Cadena salió en libertad bajo el precio de su renuncia.


Facundo Rosas, subsecretario de la SSP. fue víctima de un atentado el mismo día que liberaron a su protegido, nadie dijo ni “pío” al respecto pero se adjudicó el ataque a Ismael Zamaba en represión por su hermano capturado.


La policía NO te cuida

Han pasado doce años desde ese incidente en el extinto Distrito Federal, muchos de los involucrados ya no se encuentran en este mundo terrenal, otros están pagando condenas en prisiones nacionales, otros muy desaparecidos están y otro anda declarando en un tribunal en Nueva York, sin embargo la mancha que dejó en la extinta PFP y PGR nos hace dudar y entrar en la crisis existencial de ¿Quién cuida a la ciudadanía? ¿Podemos confiar en la nueva policía o solo cambió de presentación? El tiempo será quien nos dé esa respuesta.


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