El día cuando el miedo venció al fútbol
- Fernando Alexis García Hernández
- 6 nov 2020
- 3 Min. de lectura
El domingo 20 de agosto del 2011 el Estadio Corona presenció el juego entre Santos vs Monarcas Morelia. Las familias llegaron al recinto, el Sol y el viento árido de Torreón acompañaron un partido sin sobresaltos hasta el minuto 40 del primer tiempo. De un momento a otro el pánico fue el protagonista de la tarde:
—Centro al área, busca la pelota Zavala, el árbitro auxiliar señala fuera de lugar...
*Se escuchan detonaciones*
—¿Qué pasó, qué ocurrió?
—Hay, hay, hay, hay, balazos.
—¿Qué está pasando? Todos están corriendo, se sig…
—Calma “Yisus”, calma, hay balazos, refugiate Juan Carlos.
En la transmisión de Tv Azteca llevada por Jesús Humberto López y Emilio Fernando Alonso se podía escuchar claramente, aparte del miedo y la incertidumbre de los cronistas, las detonaciones. La gente escondida detrás de las butacas, los jugadores y árbitros habían huido a los vestidores para refugiarse, la tarde de diversión familiar se había vuelto en una tarde de horror.
“La Casa del dolor ajeno”
Pasaron diez minutos, la gente se salvaguardó en la cancha de Santos, las imágenes eran claras, el TERROR de la inseguridad ya no respetaba ni un partido de fútbol.
Los cronistas hicieron críticas al gobierno en turno por la nula seguridad en el país. Juan Carlos, que llevaba la crónica en cancha, declaró lo siguiente: “Es una vergüenza que en este país no puedas disfrutar un partido, vienen niños, familias y esto es siempre “Yisus”, siempre hay balaceras en Torreón y nadie hace algo”.
Emilio Fernando tuvo que cerrar la transmisión por órdenes de la televisora aunque él y sus compañeros no estuvieron de acuerdo con esta decisión. Unas horas después en DeporTV se aclaraba que se suspendió la emisión por “apología a la violencia”, este término señala la defensa de acciones ilegales y/o dañinas bajo un discurso de aceptación. Pero ¿qué pasó, por qué hubo balazos?
La Guerra que no era nuestra
A las afueras del estadio había un retén militar y policiaco; la guerra entre el Cártel de Sinaloa y los Zetas estaba latente, una camioneta al no detenerse frente al retén empezó abrir fuego contra los uniformados, los cuales respondieron a la agresión. Se calcula que fueron más de 50 balazos.Seguridad del club de Torreón declararon que hubo dos impactos de bala perdida, uno en una butaca y el otro en la ventana que conecta el pasillo de los cronistas de Tv Azteca. El saldo de ese trago amargo fue un policía herido y una camioneta abandonada con armas de gran calibre, drogas, munición y dinero en efectivo.
El gobierno de Coahuila, encabezado por Humberto Moreira Valdés, condenó enérgicamente el acto de violencia y enfatizó que se reforzaría la seguridad en todo el estado.
No fue la primera vez
En el 2003 la final del Ascenso entre Irapuato vs Club León fue suspendida cuando la afición del conjunto local entró a balazos y pedradas a “defender” su club de una venta de plaza, el caos incluyó un comando armado con rifles de alta potencia y un helicóptero donde el dueño de club, Carlos Ahumada, tuvo que abandonar el recinto por su seguridad. En enero del 2010 en los baños del bar “Bar-Bar” José Jorge Balderas, alias el JJ, abrió fuego contra el ex futbolista Salvador Cabañas dejándolo herido de gravedad por un balazo en la cabeza.
“Haiga sido como haiga sido” no era la primera vez, y por desgracia no ha sido la última, donde los grupos del narcotráfico han desatado su ola de violencia en zonas de convivencia familiar.
Coahuila entre dos demonios
La guerra del narco ha manchado con sangre los territorios del norte del país, Coahuila era territorio de los Zetas pero a raíz de múltiples detenciones y asesinatos de sus líderes, entre ellos Heriberto Lazcano Lazcano “el Zeta 40”, el territorio “defendido” por los remanentes de este grupo se enfrentan al Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación como se puede ver en el nuevo mapa de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) publicado en octubre del año en curso.
Las portadas del mundo reflejaban un México hundido en una violencia sin escalas. Ni un país en guerra tenía las muertes dolosas que se registraron y, que lastimosamente, se registran. El 20 de agosto del 2011 tiene que quedar en la memoria colectiva como el día donde la violencia en México ya estaba en todas lados y a todo momento.
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