¡Aguas con la lluvia ácida!
- Jesús Sosa
- 13 ago 2021
- 2 Min. de lectura
La lluvia ácida es un fenómeno que se forma por la acumulación de sustancias, cómo el ácido sulfúrico y el ácido nítrico, en los diferentes tipos de precipitación, puede encontrarse en la lluvia, la nieve, la niebla o el granizo.
Sin embargo, es importante mencionar que la composición del agua de lluvia no es neutra en una escala de medición de pH. De hecho, y aunque varía en diferentes regiones, generalmente el agua de lluvia es ácida.
En el caso de México, y de acuerdo con una publicación de El Sol de México en la que refiere a la SEMARNAT, la acidez natural del agua de lluvia está en una medida de 5.6, mientras que la lluvia considerada ácida, alcanza entre el 4.0 y 4.2, lo que indica que la acidez aumenta.

¿Cómo se genera la lluvia ácida?
Existen dos causas por las que se forma la lluvia ácida: una natural y otra no natural.
Por un lado, la forma natural proviene de la emisión de sustancias cómo el ácido sulfuroso que emiten los volcanes cuando entran en erupción o se encuentran activos. También puede venir del proceso de descomposición de algunos organismos muertos.
Mientras que la forma no natural proviene de emisiones de gases por parte de grandes industrias —de las que destaca la industria metalúrgica y la industria eléctrica—. Otro elemento es la quema de combustibles fósiles, la emisión de dióxido de carbono de la quema de fuegos artificiales y otros elementos.
¿Cuáles son los efectos de la lluvia ácida?
Aunque en cantidades excesivas puede generar daños a la salud humana, la doctora Rocío García del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM advirtió para la Gaceta UNAM, que la lluvia ácida no implica algún daño directo a los seres humanos.
“Son más peligrosos los contaminantes suspendidos en el aire pues podrían causar problemas en la salud de quienes los respiran, como irritación en ojos y piel y problemas respiratorios”, enunció.
En la publicación de la Gaceta UNAM señala que la lluvia puede ayudar a limpiar las sustancias presentes en la atmósfera de las ciudades. Sin embargo también es importante mencionar que la concentración de estas sustancias en la lluvia, puede generar otros daños.
Por su parte, la abundancia de ácido sulfúrico en la lluvia que cae en los bosques disuelve los nutrientes que absorben algunas plantas y hongos, lo que provoca que se debiliten.
También puede provocar la erosión de estructuras en las ciudades y contaminar algunos mantos acuíferos, lo que implica problemas a largo plazo.
Es importante reconocer que la acidificación de las precipitaciones es el resultado de una serie de procesos naturales y humanos, de los que el resultado puede apreciarse en los niveles de acidez que estas precipitaciones alcanzan.
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